lunes, 28 de marzo de 2016

EL DETERIORO DE LA MONARQUÍA ES EL PRELUDIO DE LA REPÚBLICA


Por Pedro Taracena




La Transición consagró de facto todas las formas, símbolos y boato del franquismo y el nacionalcatolicismo. Al margen de que propició que los crímenes de la dictadura quedaran impunes. El estatus quo de la nueva democracia constituye un escándalo mundial y una vergüenza nacional. Más aún, es el gran impedimento para lograr la reconciliación entre las españolas y españoles, quebrada por el enfrentamiento fratricida provocado por el golpe de estado sangriento de la tarde-noche del 17 de julio de 1936.




Con la Constitución vigente nunca tuvo sentido mantener la alianza trono-altar y el maridaje Iglesia-Estado, como se ha venido exhibiendo entre el poder político y la liturgia católica. La institución monárquica es la primera que debía de estar al margen de la Iglesia, sobre todo en el plano oficial. La imagen del Rey de España inclinándose ante un obispo es medieval e indigna de un Jefe de Estado democrático y laico. La identificación del Rey de España con las prácticas religiosas pertenece a la privacidad personal del monarca y de su familia. La puesta en escena que la Familia Real exhibió en la catedral de Palma de Mallorca el domingo de Resurrección, es indignante y obedece a las secuelas franquistas del origen de la instauración monárquica, que Franco dejó como testamento y que la Transición acepto como mal menor. Mal menor que ha sido mayor de lo que se pensaba y más de lo que el pueblo puede soportar.

No es de extrañar que haya instituciones que declaren persona non grata al mismísimo Rey de España, por tener un comportamiento anacrónico. Personalmente fui más condescendiente con el rey emérito Juan Carlos I que lo soy con su hijo Felipe VI. ¿A quién desea agradar el monarca presentando una imagen humillante ante la Iglesia? ¿Por qué no asistió a la Catedral de forma privada? ¿Por qué no renunció a ser recibido por el cabildo catedralicio en el pórtico de la catedral? ¿Qué hubiera sucedido si la familia real incluyendo a la reina madre, hubiera hecho su aparición en el templo como cuando visitan el puerto deportivo de la ciudad?

Las nuevas autoridades autonómicas y locales están asistiendo a las procesiones a título particular no como institución. Y se está denunciando por anacrónico y absurdo las condecoraciones con medallas al mérito atribuido a las personas, pero concedidas a imágenes que por muy sagradas que se consideren, nada tienen que ver con los seres humanos.

El Rey de España debe condenar la dictadura, el nacionalcatolicismo y sus consecuencias. No puede seguir homologando su comportamiento con el franquismo latente de Franco, el franquismo heredado de la Alianza Popular de Fraga y el neofranquismo del Partido Popular de Aznar y Rajoy. El rey reina pero no gobierna, no obstante, ha de ser un Jefe de Estado con criterio independiente, laico, democrático y constitucional. Nunca el Rey debe de ser títere y marioneta de los aduladores del Gobierno de turno.  

Felipe VI pertenece a la generación de aquellos que quieren adaptar la Constitución y las leyes a las nuevas generaciones del siglo XXI. Muy malos asesores debe de tener el Rey de España para no ser capaz de interpretar los signos de los tiempos.


 ÁLBUM DE LA ALIANZA TRONO -ALTAR








 



miércoles, 23 de marzo de 2016

CREENCIAS SOBRE LA POLÍTICA QUE LA ACTUAL REALIDAD NO ACREDITADA







 
Por Isidoro Gracia
Exdiputado




Los ciudadanos solemos emitir el voto basándonos, más que en conocimientos contrastados por nosotros mismos, en creencias que distintos predicadores nos han inculcado.
Para los inventores de la democracia los asuntos del gobierno de la polis y la sociología iban de la mano, por lo que según Aristóteles: “Es necesario que, quien quiera conseguir algo en el orden de la política o la sociología, sea él personalmente hombre de buenas costumbres”. Claro que algo más de 2.000 años después llegó un tal Max Weber y se inventó lo de la Sociología Política y nos hizo un lío, al separar el ejercicio del poder de las necesarias buenas costumbres.




Analizar cualquier proceso europeo en clave local y a corto plazo, sea cual sea la magnitud del problema, dificultará ver la importancia real de lo sucedido, y del devenir en plazo histórico. La Unión Europea es algo más que una mera suma de Estados, es una creación que tuvo y aún tiene (o debería tener) como primer objetivo salvar a la propia civilización europea del colapso, al que se vio abocada por las continuas guerras entre vecinos. Esto lo vieron claro, no solo los padres fundadores de la C.E. sino dirigentes relativamente próximos, en términos históricos, como Kolh, Mitterrand, o Felipe González, incluso alguien tan poco pro Unión como Thtacher. ¿Cómo es posible que sus actuales herederos en las funciones de gobierno hayan perdido esta perspectiva? O peor aún, cómo es posible que los generadores de opinión tengan siempre en primer plano las diferencias en vez de las similitudes en costumbres, el conflicto en vez de los acuerdos, los fallos en vez de los muchos aciertos del proyecto común.




Distintos predicadores ofrecen como solución, volver a cerrar fronteras, incluso crear alguna nueva, arriar banderas y quitar símbolos de la UE, responsabilizar de casi todos los males a los órganos colectivos (Comisión y Parlamento Europeos), etc., en resumen volver a los localismos y tribalismos que mantuvieron durante milenios la agresión como herramienta de relación con el vecino. Si el ciudadano se parara a contrastar que el maltrecho proyecto Europa ha conseguido más de 70 años de paz, y en buena parte debido a ello un grado aceptable de bienestar para la mayoría, cuando se convierta en votante no comprará lo que venden esos predicadores.




Es una creencia extendida de que los componentes del poder judicial (jueces y fiscales) se rigen por consideraciones solo jurídicas, ajenas a la política, lo que contrasta con lo que los ciudadanos, al menos los que son capaces de leer y entender los autos y sentencias, encuentran en buena parte de ellos, no solo ajenos a la interpretación literal de las leyes en su aplicación a casos e individuos concretos, sino incluso en algún caso al sentido común. Una primera observación de los tres poderes clásicos, legislativo, ejecutivo y judicial, es este último el de menos elementos democráticos. El legislativo recibe el mandato del pueblo en una elección directa, el ejecutivo en una lección de segundo grado, pero el juez y el fiscal no son electos, acceden a sus puestos mediante oposiciones y concursos que se han mostrado un buen camino para la cooptación (hay apellidos muy repetidos en muchos juzgados), y su teórica garantía para la imparcialidad: la inamovilidad, entra en colisión frontal con lo que teóricos sobre la separación de poderes como Montesquieu sostenía, ya que siendo consciente que quien dispone de poder tiende a ampliarlo con inclinación a abusar de él, lo que proponía era que concretamente este poder no fuera ejercido por nadie de forma permanente ya que “así el poder de juzgar, tan terrible en manos del hombre, no estará sujeto a una clase determinada, ni quedará exclusivamente en manos de una profesión”.




En este caso los predicadores proclaman, como defensa de la limpieza democrática, que la primera decisión de cualquier juez de investigar a cualquier político electo sea suficiente para que tenga que abandonar el trabajo para el que los ciudadanos le mandataron con sus votos. Craso error, como la experiencia demuestra a diario, en un colectivo de más de 8.000 personas hay un poco de todo, como en la sociedad a la que pertenecen (conservadores y progresistas, ateos o religiosos, algunos muy religiosos, etc.), y si nos atenemos a la opinión de Montequieu, y a algunas experiencias cercanas no muy infrecuentes, lo de que por el mero hecho de ser juez se es justo y sus opiniones políticas y religiosas nunca contaminan sus resoluciones es, evidentemente, algo alejado de la realidad.
Es mi opinión, que es más de fiar, desde el punto de vista democrático, alguien que se va someter periódicamente al veredicto de las urnas, que aquellos que solo tiene que dar cuentas ante sus colegas de profesión, colegas que se han formado en los mismo centros de formación, incluso en pupitres contiguos, y en algún caso, asisten y cobran por dar cursos y conferencias en las mismas fundaciones.




Reportaje fotográfico: EL PALACIO DE CRISTAL
Parque del Buen Retiro de Madrid
Por Pedro Taracena Gil

viernes, 11 de marzo de 2016

ECO REPUBLICANO


CARTA ABIERTA A PEDRO SÁNCHEZ



Por Pedro Taracena Gil

Te hablo como exmilitante del PSOE, que no como exsocialista, y te exijo que no interpretes mi voto, y mucho menos cargado de tan mala intención. En el Congreso de los Diputados en dos ocasiones la totalidad de las diputadas y diputados, menos una diputada, tumbaron el pacto PSOE-Ciudadanos. Podemos no traicionó a sus votantes porque no votó a favor del PP y mucho menos con el PP. 





CARTA A PEDRO SÁNCHEZ


lunes, 7 de marzo de 2016

LOS ESCLAVOS DEL FRANQUISMO


El genocidio que el general Franco inició en la tarde noche del 17 de julio de 1936, y que se llevó a la tumba falleciendo el 20 de noviembre de 1976, no tiene parangón en el mundo civilizado. Crímenes, crímenes y crímenes de lesa humanidad, durante el enfrentamiento fratricida provocado por el golpe de estado contra la República. Crímenes, crímenes y crímenes durante la sangrienta dictadura, donde los vencedores gestionaron España como si de un botín de guerra se tratara. Y crímenes, crímenes  y crímenes dejados impunes por obra y gracia de la gran farsa que fue la Transición.

El pueblo español presa del pánico tratando de evitar la repetición de su propio holocausto, se ha dejado embaucar por los mismos que apoyaron a Franco en sus delirios criminales: El Capital, los Caciques, la Iglesia, el Ejército, el Empresariado y los católicos, machistas, clericales, rancios y fanáticos. Tanto en la dictadura como en la democracia, España ha caído en una amnesia criminal. Un pueblo sin Memoria Histórica a la intemperie de los caciques de siempre. Un pueblo enfermo. 

Por Pedro Taracena Gil

Salvados
Jordi Évole



LOS ESCLAVOS DEL FRANQUISMO





Así repasó Jordi Évole en Salvados el drama de los esclavos del franquismo
EL ECONOMISTA .ES



LA SANTA CRUZ DEL VALLE DE LOS CAÍDOS
El programa 'Salvados' dirigido por Jordi Évole repasó en su edición de este domingo la situación de los 'esclavos' del franquismo, presos políticos que trabajaron forzados para el régimen tras la Guerra Civil. El periodista Isaías Lafuente cuenta en primer lugar que "el franquismo creó el patronato para la redención de penas, que ofrecía a los presos reducir su pena a cambio de trabajar para el régimen", empleando "presos políticos, desafectos para el régimen de Franco, que estaban en la cárcel por haber defendido la república frente a un ejército que se levantó en armas".





LA PIEDAD


"Trabajaban de sol a sol, y en algunos casos también por la noche, y no podían protestar. Todo el agua que les daban era un cuenco diario para beber y asearse. Las condiciones de los barracones eran de hacinamiento y sólo lo hemos podido conocer gracias al testimonio de las víctimas", explica.



"El régimen tenía un catálogo de los presos que tenía a su disposición y las empresas los reclamaban, era una empresa de trabajo temporal en la que había de todo. Se pagaba el salario mínimo de 14 pesetas diarias de las que el preso recibía 50 céntimos y si estaba casado, algo la mujer por cada hijo", expresa, calificándolo de "negocio perfecto" ya que "el Estado ganaba con lo que expoliaba del sueldo y lo que ahorraba en la construcción de cárceles".





EL ÁGUILA DE SAN JUAN



Entre las empresas que utilizaron esta mano de obra, Lafuente destaca a "OHL, Entrecanales (Acciona), Dragados (actual ACS), Duro Felguera, Babcock & Wilson, o Portland (ahora pertenece a Cemex)".



"Me empujaron con un fusil y me dijeron 'tira para alante', no tenía contrato, ni sueldo, fui un esclavo del franquismo, pero lo puedo contar", comienza relatando Luis, un hombre que cuando tenía 23 años fue obligado a construir carreteras y que está cerca de cumplir la centena.





EL TORO DE SAN LUCAS


"Era joven y llegué a la España franquista. No me preguntan nada, me llevan con un Guardia Civil donde nos metían a todos los que sospechaban que habíamos sido combatientes. Mi ficha decía 'hijo de republicano' y yo decía que no me podían culpar de nada. Nos llevaron al campo de concentración de Miranda de Ebro y ahí se formaban batallones de trabajadores. A mí me tocó la lotería porque sabía escribir a máquina", comenta.

"Al que trabajaba poco le daban un garrotazo con el mango del fusil. Dormíamos en el suelo y teníamos que mear en el plato donde comíamos porque no había servicios, luego lo lavábamos y ahí recibíamos el café", continúa.



EL LEÓN DE SAN MARCOS

"El hambre era horrorosa, era peor que la dureza con la que trataban a la gente. Algunos cazaban lagartos y se los comían crudos, o se comían las peladuras de lo que en el pueblo echaban a los cerdos. Un preso peleó con un perro por un hueso y acabó con el brazo destrozado", refleja, antes de confesar que "se mentía con las facturas para que tuvieran un dinero para irse de putas".



EL HOMBRE-ÁNGEL DE SAN MATEO

"A veces hacían la criba, al número diez lo apartaban y desaparecía, suponemos que lo fusilarían como escarmiento para que la gente no se fugara, diezmaban a la gente", explica.

"Me conformaría con que por lo menos pidan perdón, aunque me gustaría ver la tercera república, y si la veo abriré una botella de champán que tengo guardada y me cogeré una borrachera", confiesa.




COLECCIÓN "EL VALLE DE LOS CAÍDOS" Pedro Taracena Gil



domingo, 6 de marzo de 2016

EDUARDO HARO TECGLEN 14 DE MARZO 2000


Perdón, perdón, perdón





Quién verá un día a Felipe González, con un traje talar morado, pidiendo perdón. Como el Papa. Pero el Papa ya apenas tiene creyentes -tiene sociedades, intereses, acostumbrados- y tampoco los tendrá Felipe González. O su biznieto. Perdón por destrozar la izquierda. Por la invención del pelotazo y el cambio de sentido del trabajo, por los GAL y por haber creado en torno suyo un enjambre de ladrones; por haber abandonado la Internacional, el puño en alto; por haber devorado a sus antepasados del partido obrero, y enterrado las doctrinas de Pablo Iglesias y el esfuerzo de los socialistas durante cien años, y cualquier recuerdo del Frente Popular; y (sin desenterrar el hacha de la guerra civil) por no sostener la idea del sacrificio que costó mantener una izquierda. Por haber subido los alquileres, contenido los salarios, refrenado las pensiones, aprisionado la seguridad social. Por haber declarado la guerra al partido comunista. Por haber atacado a quienes querían juzgar a Pinochet, por haber enviado una fragata a la guerra del Golfo, por haber reconvertido el pacifismo de su primera campaña electoral en la primera guerra de la OTAN conducida por uno de sus ministros -aún le sacó la semana pasada a pedir votos-, por haber convertido en general al guardia civil Galindo de Intxaurrondo, por haber servido al neocapitalismo, por creer en Margaret Thatcher. Por imaginarse que era de izquierdas pero que la derecha le admiraría y le preferiría a los suyos propios. Por haberse rodeado de mediocres cuando gobernaba y cuando iba a dejar de gobernar; por haber permitido las primarias y haberlas anulado después; perdón por (y a) Borrell, Almunia, Morán. Perdón por el €uro, la globalización, la mundialización, el acuerdo de Schengen, las pateras hundidas, el mantenimiento de las escuelas católicas, privadas y concertadas; por no haber llegado a tiempo a la constitución de las parejas de hecho, por no dejar terminadas las leyes del aborto. Perdón por haberse enfrentado con la libertad de prensa, por haber influido pesadamente en la radio y la televisión. Perdón por haber hecho creer que todo eso era la izquierda, con sus conversos y sus amanuenses y sus acólitos y su inmensa soberbia política. Tendrá en su casa, supongo, el vídeo del día en que ganó las primeras elecciones, y España brindaba, sacaba su champaña y sus viejas canciones y sus banderas y sus risas perdidas. Otro tiempo. Aquella etapa terminó el domingo.




HEMEROTECA APORTADA POR JOSÉ MANUEL PODEMOS

En referencia al discurso de Pablo Iglesias en el Congreso.

Artículo de Eduardo Haro Tecglen , El País , año 2000.

Eduardo Haro Tecglen era periodista, Republicano, subdirector de la revista Triunfo, columnista de El País y otros muchos periódicos. Su padre fue condenado a pena de muerte por el franquismo y conmutada por 30 años de cárcel. No fue "Rojo", ni Comunista (término que ahora, en  ambientes de la extrema derecha, lanzan como un insulto, sin serlo, claro)  ni revanchista; simplemente un periodista demócrata. Falleció en 2005. 
La Historia se repite, unas veces en forma de drama y otras como bufonada. Por eso conviene aprender del pasado y sus personajes.




Fuente: EL PAÍS

Editor. Pedro Taracena Gil


sábado, 5 de marzo de 2016

CARTA ABIERTA A UN TRAIDOR: FELIPE GONZÁLEZ


Como propietario y editor del Blog de LA REPÚBLICA ESPAÑOLA me solidarizo con el espíritu y la letra de esta carta de Francisco Javier Parrra Molina, que dirige a Felipe González Márquez, no sin antes expresar mi punto de vista como exmilitante del Partido Socialista Obrero Español, y sobre todo como ajeno a ambos contendientes epistolares. La Historia ha colocado a Felipe González como hombre de estado y como el mejor presidente del gobierno de la era democrática española. Pero mi condición de exmilitante que no exsocialista, me permite reconocer que en su vida pública ha habido luces y sombras y que los militantes le seguíamos y comprendíamos; perdonándole sus desviaciones de la senda socialista. En mi caso harto de tanta desviación mi último voto se lo otorgué a Zapatero. pero se acabó el mirar hacia otro lado. La lectura de la carta de Parra a González de fecha 14 de Noviembre de 2011, me ha hecho recordar el rechazo que de siempre ha dispensado el PSOE y González al Partido Comunista de España y a las personas de Anguita y el resto de sus camaradas. Ahora que la única salida democrática posible es un Gobierno de Coalición con las izquierdas de Podemos, Unidad Popular IU, veo la postura de González y el PSOE que no ha variado nada de cuando propiciaron la ley electoral amañada para que el PCE jámas tocara el poder. Felipe González Márquez está mejor en el nicho de la Historia que en el campo de la contienda política donde lo que hace es estorbar.

Pedro Taracena Gil
Periodista

Carta abierta a un traidor: Felipe González
14 Noviembre de 2011




Señor González,
Sé que es poco probable que esta carta llegue a su poder y pueda leerla, aunque he remitido una copia a su partido para que se la haga llegar.
Me dirijo a usted para manifestarle mi sorpresa. Mi sorpresa ante el hecho de que siga usted creyendo en esta campaña electoral que es capaz de movilizar a la izquierda para conseguir parar a la derecha.
Leo con atención y estupor sus miserables declaraciones de este domingo alertando de que votar a IU es ayudar a que gane la derecha. No señor González. A la derecha la han traído ustedes, y la han traído poniéndole una alfombra roja hasta la Moncloa y arrodillando a lo poco que quedaba de la democracia española ante la pestilencia de los “mercados”.
Pero voy más allá. La situación actual no es más que la recolección del fruto venenoso que políticos como usted sembraron durante esa falsa transición modélica que vendisteis a los españoles y que muchos os compraron.
Señor González, puedo decir sin miedo a equivocarme que usted ha sido el mayor traidor a la izquierda en la historia de este país. Y le voy a dar algunas razones:
-Nadie como usted durante la transición trabajó para acabar con el Partido Comunista de España. Mire, algo en lo que también coincide con Franco.
-Usted nos metió en la estructura de una organización criminal como es la OTAN, después de prometer que nunca lo haría, y de incluso incumplir el resultado del referéndum de 1986 que se planteó en estos términos: “La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada. Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español. Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España”. ¿Ve? Es usted un traidor y un mentiroso.
-Usted contribuyó decisivamente a anular el tejido social y la fuerza sindical que tenía este país en los años 80.
-Usted implantó el sistema educativo que supuso de facto la deseducación masiva y organizada de la sociedad española.
-Usted fue el principal responsable de que los derechos laborales fueran puestos a los pies de los caballos del gran capital.
-Usted inició el desmantelamiento del Estado con la mayor ola de privatizaciones que también ha vivido este país en su historia.
-Usted fue de la mano de grandes criminales como Ronald Reagan, responsable de organizar golpes de Estado, bombardeos indiscriminados y organizar movimientos terroristas anticomunistas en todo el mundo.
-Usted, por si alguien no lo sabe, dio un golpe incluso en su propio partido, el PSOE. ¿Recuerda cuando usted propuso en el XVIII Congreso retirar la definición de “marxista” y fue rechazada? Inmediatamente presentó la dimisión, convocó un Congreso extraordinario amañado, se salió con la suya y convirtió usted al PSOE en un pelele más al servicio del capital.
Señor González, ¿usted para quién trabaja? ¿Para quién trabajó desde los años 70? Porque desde luego para el pueblo español no, y para la izquierda tampoco.
No le voy a decir que se calle, señor González. Siga hablando como lo hace porque ya no engaña a nadie, sólo a esos incondicionales que no quieren ver que las estructuras del Estado que hoy se desmoronan fueron hechas a la imagen y semejanza de usted y de los que como usted trabajaron duramente por la aniquilación política, organizativa y cultural de la izquierda.
Usted, señor González, es el pasado. Y aquellos a los que usted odia, los que perdieron la guerra, los que lucharon durante 40 años mientras ustedes estaban de vacaciones, los que perdieron la transición, los que van sembrando poco a poco semillas de justicia social, serán los que – como cantaba un gran luchador – consigan que haya un día en que “todos, al levantar la vista veamos una tierra que ponga libertad”.
Y para ir terminando, y sin dejar de citar a Labordeta, déjeme despedirme con otra frase suya, ésta vez más prosaica:
“Váyase usted a la mierda”.

Javier Parra, Concejal de Izquierda Unida en Paterna (Valencia) y director del diario digital LA REPÚBLICA




Reseña biográfica de FRANCISCO JAVIER PARRA MOLINA





miércoles, 2 de marzo de 2016

PABLO IGLESIAS EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


El líder de Podemos Pablo Iglesias ha pronunciado hoy 2 de marzo de 2016, un discurso memorable. No obstante y no es de extrañar, que los medios de comunicación españoles, periodistas y tertulianos, nadie, haya encontrado en esta magistral oratoria, algún aspecto positivo y constructivo. De hecho hay una estrategia para asfixiar a Podemos y al resto de la izquierda para agradar a los poderes económicos españoles y europeos. Ha sido la primera vez que se ha reivindicado la memoria histórica en el Congreso de los Diputados.  



PABLO IGLESIAS GANADOR EN LOS PERIÓDICOS DIGITALES






Como se observa en la encuesta on line realizada por El País, Iglesias recibió el 51% de los votos muy alejado de Pedro Sánchez que se encuentra en segundo lugar. La dinámica en el periódico El Mundo sigue siendo la misma recibiendo Iglesias el 61% de los votos siendo Sánchez el segundo más votado con el 39%. En Público la distancia es más grande y el lider de Podemos recibe el 68,1% de los votos, situación que se repite en la encuesta de El Diario.es donde Alberto Garzón sorprende siendo el segundo más votado.


El Movimiento 15-M


Buenos días, bos días , egun on, bon día

Señores diputados, quiero dirigirme a ustedes pero sobre todo a la gente que sigue este debate por los medios de comunicación. Al fin y al cabo estamos aquí por la gente y para la gente.

Señorías, la primera vez que tomo la palabra en esta tribuna democrática. Permítanme que comience mi intervención recordando y reconociendo a quienes lucharon por la libertad y la justicia social, a los millones de españoles que se enfrentaron a la dictadura muchos pagándolo con su vida o con la cárcel. Muchísimas gracias. Gracias por ser un ejemplo para nosotros y para las generaciones futuras.

Y en el día de hoy me van a permitir que homenajee la memoria de Salvador Puig Antich, asesinado por la dictadura hace 42 años, me van a permitir también que homenajee la memoria de los trabajadores de Vitoria, asesinados hace 40 años por defender los derechos sociales de todos.

Señor Sánchez, hoy debatimos aquí el intento de investidura que usted quiso simbolizar firmando un pacto que tuvo como testigo El Abrazo de Juan Genovés. Le recuerdo que aquel cuadro sirvió primero para representar la amnistía a los presos políticos de la dictadura y después para homenajear a los abogados laboralistas de Atocha asesinados por defender a la clase obrera.

A la vista de los contenidos de su pacto, señor Sánchez, creo que usted debería haber buscado otro cuadro. Las lanzas de Velázquez hubiera sido mucho mejor puestos a simbolizar una capitulación.

Señorías, decir la verdad y tener principios se ha convertido en algo extraño y parece que hoy la política es el arte de la simulación, cuando no el arte de la mentira y el camuflaje, cuando no del mestizaje.

Permítanme que reivindique la verdad y reivindique la política como el arte de cambiar las cosas y no como el arte de pactar para que todo siga igual.

Se lo debo a los más de cinco millones de ciudadanos que nos votaron y también a todos los demás.

La política, señorías, no es el arte del engaño, ni del disfraz, ni la fabricación de cocteles con distintos sabores. Es el arte de transformar la realidad, y consiste en encontrar el eslabón más importante de la cadena del poder, ese que asegura el control del conjunto de la cadena.,

Durante mucho tiempo ese eslabón fue el gobierno del Estado. Hoy día muchos dirán y no sin buenas razones que los eslabones determinantes de la cadena del poder escapan a los controles democráticos. Los poderes fácticos, especialmente financieros, no están obligados nunca a rendir cuentas a los ciudadanos. En estas últimas semanas, hemos visto a esos poderes señalar continuamente qué gobierno le conviene a España, diciendo sin pudor que a España le convenía una gran coalición entre PP, PSE y Ciudadanos y alertando sobre el peligro de la participación de Podemos en un gobierno

Hoy, en este debate, asistimos a la primea entrega del plan de las oligarquías que ahogan la posibilidad de un cambio verdadero en España. Nosotros no somos ingenuos, somos conscientes de los límites de la transformación en la acción política de cualquier gobierno, de que la soberanía se ha desplazado de los Estados a instancias supranacionales, sabemos que la arquitectura de la globalización humilla cada día la soberanía popular y restringe el desarrollo de las bases ideológicas de la modernidad: la igualdad, la fraternidad y la libertad.

Cada vez que se dice que la desigualdad, la corrupción y la desregulación financiera son como la ley de la gravedad, se está atacando el significado mismo de la palabra democracia. Las sonrisas cínicas de algunos de ustedes constatan la hipocresía de su conformismo político, están ustedes seguros de que no se puede cambiar nada. Saben que hay corrupción, explotación y precariedad, pero denuncian cualquier intento de cambiar las cosas como peligroso, inaceptable y sobre todo imposible Sin embargo, en estas semanas, hemos aprendido algo, si tan preocupadas están las oligarquías por mantener el gobierno en manos de sus títeres, será que el gobierno sí es realmente importante.

Señorías, llegamos a este Parlamento empujados por la ilusión que se abrió pasado como la piedra que David lanzó a Goliat son su onda, convirtiendo en proyecto político un sencillo mensaje que lanzó la gente en las plazas, Sí se puede. El 15M señaló con miles de voces las injusticias y los anhelos por un futuro mejor. Las viejas maquinarias partidistas respondieron entonces con arrogancia, diciendo a la gente de las plazas que se presentaran a las elecciones. Pues aquí estamos, nuestra presencia aquí demuestra que aquel movimiento lo cambió todo.

Nadie puede representar un movimiento pero para nosotros es un orgullo que muchos de los que no hace tanto tiempo se manifestaban a las puertas de este Parlamento estén hoy aquí trabajando para cambiar las cosas.

A las posibilidades de cambio, señores del PP, se han referido ustedes agitando el fantasma del totalitarismo. Han dicho ustedes, efectivamente nosotros somos el coco, verdad señor Margallo, que nosotros queremos destruir la democracia, y que seguramente como decía usted señor ministro del Interior, la ETA estaría muy contenta de que nosotros gobernáramos en España.

Pues permítame que les recuerde que algunos de ustedes son hijos políticos del totalitarismo en este país. Tengo respeto por usted señor Rajoy y no voy a faltárselo, pero permítame recordarle que su partido, el partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de gobierno, por eso el PP señor Sánchez sí es un partido corrupto, fue fundado por siete ministros de la dictadura.

Ustedes siempre han sido arrogantes con los débiles y serviles con los poderosos. Y ustedes son los principales responsables de que la corrupción y la injusticia se hayan convertido en la mayor vergüenza de España. Ustedes señor Rajoy son los convidados de piedra en esta investidura. Y el programa de los partidos que le impulsan no representa para ustedes ningún problema, como se han hartado de decir en estos meses y como ha dicho usted hoy aquí.

Hoy para ustedes solo hay un problema de nombres, basta con que se pongan ustedes de acuerdo con respecto a quién debe ser el presidente del Gobierno. Le hago una pregunta señor Rajoy. ¿Tienen ustedes a un Mario Monti guardado en el armario?

Señor Rivera, le tengo a usted por un político hábil y como tal le admiro. Sospecho que ha leído usted más a Lakoff que a Maquioavelo pero tiene usted virtudes de ambos. Le reconozco a usted que sabe dominar a la fortuna. Si hay un triunfador el día de hoy es usted, señor Rivera, a costa del señor Sánchez- Pero permítame que le haga una consideración.

Usted representa la peor de las tradiciones políticas españolas, la que no tiene más ideología que su cercanía con el poder. Usted hubiera sido líder del Konsomol en la URSS y jefe de escuadra en nuestra postguera y hoy es usted el líder natural de lo que el presidente de un banco llamó el Podemos de derechas, y no tanto porque usted sea de derechas, sino porque usted es de los que manda, señor Rivera.

Señor Rivera, el político que no tiene más bandera que su cercanía con los poderosos puede terminar por convertirse en marioneta de los poderosos. Lea usted El Príncipe señor Rivera, le provocará regocijo reconocerse en algunas de las astucias que recomienda el gran secretario Florentino. Quizás, si lo lee usted, además de a Suárez empiece usted a admirar a César Borgia. Eso sí, llegue usted al último capítulo del libro. Para ser César Borgia no basta ser astuto, además hace falta ser valiente.

Tengo un enorme respeto por las siglas que usted representa, señor Sánchez, son las siglas que fundó un socialista ejemplar. Un socialista con principios, son las siglas que representaron hombres y mujeres de talento y dignidad irrepetibles, como Margarita Nelken, Indalecio Prieto o Juan Negrín, las siglas del partido de mi abuelo, socialista de una época en la que ser socialista llevaba antes a la cárcel y al pelotón de fusilamiento que a los consejos de administración de las grandes empresas.

El suyo fue también señor Sánchez el partido de la ilusión, el cambio, y la modernización y contó y cuenta hoy también con mujeres y hombres de gran valía con los que nos encantaría poder trabajar. Pero fue también el partido del enriquecimiento rápido. Recuerda señor Sánchez cuando Solchaga decía que España era el país en el que más fácil era hacerse rico.

Su partido fue también el partido del crimen de Estado. Desconfíe señor Sánchez de los consejos de aquellos que tienen manchado su pasado de cal viva, desconfíe señor Sánchez. Su partido fue durante mucho tiempo también el partido del tráfico de influencias que dio la espalda a los trabajadores españoles. Por eso, señor Sánchez, para gobernar con ustedes le exigimos y le exigiremos siempre garantías, para que no se repitan los errores del pasado.

Su partido señor Sánchez recibió el pasado día 20 el más duro veredicto de las urnas. El suyo fue con diferencia, el peor resultado obtenido por un candidato del PSOE a la presidencia del gobierno, y sin embargo, eso que Maquiavelo llamaba fortuna y que el señor Rivera maneja mejor que usted quiso darle la posibilidad de encabezar un gobierno histórico que acometiera en serio las reformas económicas para corregir la desigualdad y el empobrecimiento. Pero usted prefirió escuchar la voz de lo poderosos que no pararon de decirle, con Podemos no, antes cualquier cosa que un acuerdo de gobierno con Podemos.

Ayer presentó usted un pacto a la medida de las oligarquías, sin tan siquiera un mínimo disimulo gatopardiano. Su alusión gastronómica de ayer a propósito del mestizaje ideológico fue una pobre forma de justificar su capitulación ante una fuerza política que usted definió ayer como las nuevas generaciones del PP

Vamos a votar que no a su investidura, señor Sánchez, y le voy a explicar por qué. El pacto que usted presenta imposibilita revertir los efectos más duros de la crisis y consolida las principales políticas del PP.

Quizás eso tenga que ver con los economistas con los que ha negociado. Uno de ellos trabajo para Price Waterhouse Cooper. Creo que esta vez lo he pronunciado un poco mejor. Una firma especializada en asesorar cómo privatizar, y el otro economista trabajó para Liberbank y para la fundación FAES. Si me acepta un consejo, señor Sánchez, la próxima vez, mande a un socialista a hablar de economía.

Ustedes apuestan exactamente igual que el PP por el cumplimiento dogmático del pacto de estabilidad y crecimiento de la UE. No se puede señor Sánchez hablar de Estado del Bienestar y mantener esa senda suicida de reducción del déficit público. Los trabajadores en precario, las mujeres con hijos y sus familiares a cargo, los parados que no reciben ninguna prestación, las familias desahuciadas por los bancos, las abuelas y abuelos obligados a estirar su pensión para ayudar a sus familias son las víctimas del dogmatismo económico neoliberal que debemos superar. No me sorprende el conformismo neoliberal en Ciudadanos para quien la palabra liberal nada tiene que ver con el sentido que le dieron los revolucionarios españoles hace 2 años. Para ellos la palabra liberal tiene que ver con defender a los privilegiados. Pero esperaba otra cosa de un socialista, señor Sánchez.

El sufrimiento de nuestra patria se mide con cifras: 18.000 millones de euros recortados en educación por parte del PP. Y ustedes no pretenden revertir esos recortes. La marea blanca y la marea verde señalaron estos años el camino de la sensatez. No es aceptable que su propuesta no se plantee acabar de una vez por todas con el copago sanitario y eluda con circunloquios la imprescindible derogación de la LOMCE. Escuche usted a las mareas, señor Sánchez.

Permítame que me refiera a la vivienda. Para hablar de vivienda en España hay que reconocer que se han violado los derechos humanos, mediante desalojos forzosos sin alternativa habitacional y condenando a la gente a deudas perpetuas. Ustedes en su pacto no prohíben los desalojos forzosos sin alternativa habitacional y pretenden que la gente siga pagando después de entregar su vivienda.

Nosotros no somos ambiguos y proponemos las cinco de la PAH: dación en pago retroactiva, alquileres asequibles, fin de los desahucios sin alternativa habitacional, fin de acaparamiento de las viviendas vacías por grandes especuladores y garantía de suministros para acabar con los cortes de luz, agua, y gas que son también derechos humanos. Quiero desde esta tribuna rendir homenaje a aquellos que se juegan su libertad y su integridad física por defender el derecho a la vivienda.

En materia laboral, su pacto no defiende a los trabajadores, nada sorprendente en el caso de Ciudadanos pero sí en un partido que se dice socialista. Han dejado ustedes abierta la puerta al abaratamiento del despido en tanto que su pacto no especifica si el trabajador costeará o no el llamado fondo austriaco que propone para financiar el despido. Mantienen ustedes la reducción en las indemnizaciones por despido de la reforma de 2012, que usted dice aquí que quiere derogar.

Su pacto mantiene la ampliación de las causas del despido objetivo, la supresión de la autorización administrativa previa a las regulaciones de empleo, las facilidades para descolgarse unilateralmente de los convenios colectivos.

Así como la eliminación del control sobre las horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial. Con la nueva figura contractual que ustedes pretenden llevar a cabo, los contratos temporales ya no necesitarán motivación alguna y podrán utilizarse para puestos indefinidos. Lo que están haciendo ustedes es dar carta de naturaleza al fraude. Y favorecer la precariedad. De seguir así, cediendo a la presión naranja no se extrañe si algún día los trabajadores le exigen que entregue la S y la O de sus siglas, señor Sánchez.

Señor Sánchez, por justicia y eficacia, nuestra propuesta es clara y sin ambigüedades Hay que derogar las dos últimas reformas laborales y defender el empleo de calidad.

En materia tributaria, su capitulación frente a la naranja mecánica es sonrojante. Mantienen ustedes la reforma aprobada por el PP en 2015, renunciando a reformar la suficiente y progresividad de nuestro sistema. Dicen querer reformar el impuesto de sociedades con el objetivo de acercar los tipos efectivos a los nominales. Y eso está bien, pero desde el momento en que su socio les propone retirar la tributación mínima del 15 por ciento para las grandes corporaciones empresariales, su reforma del impuesto de sociedades se queda en nada. Nosotros no somos ambiguos en nuestra propuesta. España necesita una reforma fiscal que garantice la solidaridad de las rentas más altas y que asegure ingresos suficientes para invertir en la gente.

En materia de pensiones su pacto resulta también decepcionante. En noviembre de 2013, ustedes criticaron la reforma de las pensiones del PP y dijeron con toda la razón que era injusta, que empobrecía a los pensionistas. El pacto que nos presentan no modifica aquella reforma de las pensiones que redujo el poder adquisitivo de los pensionistas. En lo que respecta a la política exterior, su pacto es un compendio de vaguedades en especial en lo que se refiere a Europa.

La realidad es que Europa está al borde de un abismo social y señor Sánchez no cabe medias tintas al respecto.

Hace dos días el gobierno en funciones dio un ok al vergonzoso chantaje que impuso David Cameron a la UE. Yo estuve en la sesión de la comisión de Exteriores, y escuché al representante socialista criticar el acuerdo, decir que era un atropello jurídico, una amenaza al proyecto europeo, un precedente irreversible que ponía en riesgo la cohesión del proyecto de Europa... La crítica era razonable pero después, ¿qué hicieron ustedes? Lo de siempre, no se opusieron al acuerdo.

Esa misma actitud mantienen ustedes frente al TTIP que supone una amenaza a los derechos sociales, ambientales y a la soberanía popular. Critican algunos aspectos de ese tratado, pero a la hora de la hora, ustedes votaron con el PP en el Parlamento europeo.

No somos ambiguos en nuestra propuesta. Hace falta un gobierno que defienda el proyecto europeo, pero no ese casino financiero en el que los pueblos pagan la factura de la fiesta de los banqueros. En materia de política de asilo y refugio su pacto incluye de nuevo muchas generalidades y pocas garantías. No se puede ser tan ambiguo señor Sánchez. Hay que exigir la reforma del reglamento de la ley de asilo de 2009 para que se pueda solicitar asilo diplomático en embajadas y consulados de terceros países. Eso evitaría imágenes vergonzosas como la de un niño muerto en la playa.

Es impresionable restablecer la legalidad en la frontera sur, poner fin a las devoluciones en caliente y eliminar las concertinas. No está eso en su pacto, es lamentable que se hayan olvidado de ello.

En su discurso de ayer se olvidó usted de los profesionales de las fuerzas y cuerpos del Estado. En esta Cámara algunos se han llenado la boca hablando de España, mientras concedían medallas a las vírgenes en lugar de a los agentes que trabajan en la calle. Muchos de ellos tienen que pagarse con su dinero los chalecos antibalas, por falta presupuesto para ello. Y a los agentes de la guardia civil se les sigue negando el derecho a la sindicación. Hace falta un gobierno que defienda los derechos de quienes nos protegen.

En política energética hay algunos buenos propósitos, pero sin garantías ni concreciones de cumplimiento. También hay incoherencia. Ayer habló usted de cerrar las centrales nucleares que cumplan 40 años de vida útil, señor Sánchez. Ninguna central nuclear en funcionamiento en España va a cumplir 40 años de vida útil en esta legislatura. No nos tome el pelo señor Sánchez.

Lo más grave de su pacto en lo que se refiere al mercado eléctrico es que no habla de terminar con los beneficios caídos del cielo de las eléctricas y las nucleares ni se aborda el sistema de fijación de precios.

El sistema eléctrico requiere auditoría completa, no solo de los costes regulados, también de los costes de generación, distribución y también de la deuda asociados al déficit de tarifa. Nosotros no somos ambiguos. En nuestra propuesta hay que acabar con los miles de millones de euros de sobre retribuciones injustificables que recibe el oligopolio eléctrico y que encarecen la factura de la luz que tienen que pagar todos los ciudadanos. Que no toque ni siquiera de refilón estos temas quiere decir mucho de la sumisión reverencial al oligopolio de las eléctricas.

Señor Sánchez, con todo el respeto. Le voy a pedir que nos comprenda. Llegamos a este parlamento diciendo a la gente que no olvidara, que no olvidara, los desahucios, la privatización de la sanidad, el 135 y las reformas laborales. Yo no traiciono a mi gente, señor Sánchez. Quizás pueda reprocharme usted la firmeza o no respetar mucho los protocolos o la etiqueta, pero nunca reprocharme no haber sido claro ni sincero con usted desde el principio. En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible.

Desde el principio le dijimos que tenía dos opciones sobre la mesa: o la gran coalición o un gobierno progresista. Ese gobierno progresista hubiera podido lograr los apoyos necesarios. No la semana que viene, hoy podríamos tener ya un gobierno si usted hubiese optado por formarlo con nosotros.

Le voy a decir la verdad. Lo que nos ha traído usted aquí, quizás sin percatarse del todo, es la primera entrega del plan de la gran coalición. Ha firmado usted un acuerdo en lo programático que no pone dificultades al PP. No lo digo yo, lo dice su socio, el señor Rivera. Cuídese de la naranja mecánica, señor Sánchez. Ha elegido un socio muy hábil que no dudará en entregarle al PP en cuanto tenga ocasión. Después de que fracase usted, los mismos que le prohibieron pactar con nosotros querrán obligarle a tragar la segunda entrega del plan de las oligarquías. Es el plan del Ibex 35, de algunas de las viejas glorias de su partido, y le aseguro que en esa segunda entrega el plan no es que esté usted al frente de ese gobierno.

Usted puede aún rectificar para ser presidente del Gobierno y estar a la altura de las siglas de su partido. Le vuelvo a tender la mano para que después de ese fracaso negocie con nosotros desde la fraternidad y en interés de las gentes y pueblos de España un programa y un gobierno de cambio real.

Los números dan y usted lo sabe. Un gobierno con nosotros, con IU y Compromís obtendría más votos favorables que negativos en la Cámara. No cuente usted abstenciones y acabe con las líneas rojas, deje de obedecer a los oligarcas, señor Sánchez, deje de escuchar los cantos de sirena que le llevan al naufragio.

Sabe que somos firmes y siempre le hemos mirado a usted y su partido de igual a igual. El pasado fin de semana estuve repasando debates de investidura de las últimas décadas. Reconozco que me indignó comprobar la displicencia y arrogancia con la que los representantes de su partido se dirigían a hombres justos como Gerardo Iglesias, Julio Anguita o José Antonio Labordeta. Aquellos hombres justos intervenían desde esta tribuna cargados de razones, pero quizás con pocos escaños.

Hoy las cosas han cambiado. Si de algo se nos puede acusar es de haberles tratado a ustedes de igual a igual. No hay en nuestra dignidad y firmeza ningún ánimo de revancha. Le aseguro que nuestra lealtad será igual de firme si rectifican ustedes y se ponen de acuerdo con nosotros. Pero entienda que el tiempo del turno bipartidista se acabó en España. Rectifique usted y trátenos como un socio con el que se comparten decisiones y responsabilidad. No vuelva a tratar de engañarnos, señor Sánchez.

Si rectifica usted y gobernamos juntos, nuestra opción nos creará enemigos, pero no debe importarnos. Merecer el odio de los que envenenan el pueblo deberá ser para nosotros una honra. La frase no es mía, señor Sánchez, es de Pablo Iglesias, fundador de su partido.

A veces el verdadero cambio es volver al principio, a los principios, señor Sánchez. Permítame que termine con las palabras de un emigrante mexicano que trabajó en el Corte Inglés. Y que decía que gobernar es mandar obedeciendo a la gente. En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible. Libertad, justicia y democracia. Muchas gracias.